25.1.06

La sabiduría antigua

[...] Pero no por ser difícil deja de ser un hecho que sólo es posible que un texto tenga sentido para quien lo lee si el lector le adelanta un significado que aún no tiene, que sólo tendrá después (como se adelanta un préstamo a crédito en espera de recibir más tarde la compensación con intereses), y que a tal acto de anticipación (sin el cual no habría sentido alguno en los textos) tampoco sería descabellado llamarlo adivinación (que es otro de los nombres que usa Platón para esa sabiduría antigua que había antes de empezar a escribir). [...] Enamorarse de alguien desconocido sólo es posible porque no es del todo desconocido, porque le recordamos aunque no sepamos de cuándo ni de dónde (le hemos conocido en nuestros sueños), y sólo por ese preconocimiento, que parece completamente inverosímil, puede producirse el milagro no menos increíble de que la elección amorosa, enloquecida y fortuita, resulte un acto de adivinación del alma gemela, es decir, termine saliendo bien o siendo un amor correspondido.[...]

José Luis Pardo
La regla del juego, 2004

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No digo que no. Pero lo cierto es que cada vez estoy más convencido de que el amor al desconocido no es más que el reflejo de una construcción de lo deseado sobre alguien que, al ser desconocido, no tiene el poder de desilusionarnos...

25/1/06 12:58 p. m.  
Blogger K. Whitmore said...

Tampoco digo que no. El amor (esa palabra) siempre es una construcción de lo deseado, "mi alma os ha cortado a su medida", siempre anticipas, siempre apuestas, siempre empiezas a leer adelantando un préstamo. Pero sólo ese preconocimiento inverosímil puede producir el milagro de que termine saliendo bien (ese termine es un principio, claro).

25/1/06 3:56 p. m.  
Blogger K. Whitmore said...

otro beso, Sue

29/1/06 10:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

jajaja

31/1/06 3:04 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home